FOTO: Juanra Bonet por las calles de Sevilla | José Manuel Serrano.
Juan Ramón Bonet Alba (Barcelona, 6 de junio de 1974), es un actor, presentador y humorista español.Ha trabajado en el teatro, en cortometrajes, radio y TV. De hecho, ahora mismo triunfa con dos de sus programas: “Lo sabe no lo sabe” (Cuatro) y “El Mundo Today (Cadena SER). Sencillo, afable y muy divertido, nos atendió recordando sus inicios y afrontando el difícil presente en el que nos encontramos. Damas y caballeros, con todos ustedes… ¡Juanra Bonet!
-¿Cuál era su ilusión de pequeño?:
Supongo que empecé como todos los niños, que si bombero, astronauta, policía… Pero cuando empecé a hacer teatro con 12 años, se me despertó el gusanillo. Lo planteé a mi familia al terminar los estudios preuniversitarios y la selectividad, que la aprobé muy justo, y ya dije que quería actuar y ser actor.
-¿Contó con el apoyo familiar?:
¡Qué va! Fue muy divertido. Me dijo mi madre: “te pago una carrera pero no el teatro, que eso es un hobbie”. Mi madre es obviamente de una generación anterior que pensaba que estudiar una carrera significaba tener un buen trabajo en el futuro. Le comenté que estaba seguro que iba a trabajar de esto. Veía a gente actuar buena, mala y mediocre. Así que no era una cuestión de calidad y a mediocre llegaba. El argumento fue inapelable.
-Su primera vez encima de un escenario ante un público que le observaba muy atentamente, ¿tuvo pánico o disfrutó como un enano?:
Con 12 años, cuando me apunté al teatro amateur en el barrio con un amigo y subí al escenario a decir mi primera frase… ahí me quedé clavado y pensé: “esto mola mucho”. Supongo que será el equivalente a cuando alguien toca un instrumento que es el suyo, por ejemplo, o quien se sienta en un coche y descubre que le encanta conducir. Es que al subir allí, al escenario, lo vi claro. Seguramente un psicólogo daría un razonamiento bastante triste del caso (risas), pero supe que era donde debía estar.
-¿Recuerda algún momento complicado en el desarrollo de una obra?:
Sí, alguna vez me he quedado en blanco. Una vez me salté un fragmento en el monólogo “Animales” sin darme cuenta. Obviamente, no había ningún compañero que me pudiera salvar en aquel instante, estaba solo en el escenario y me di cuenta durante la función. Al cabo de unos minutos me percaté de que me había saltado ese trozo. Recuerdo estar actuando y pensando: “es que no puedo parar ahora”. Hablaba y hablaba sin parar en este monólogo de humor y, al mismo tiempo, mi mente no hacía otra cosa que intentar ubicar todo el trozo que faltaba. El problema es que no sabía dónde narices meterlo. Una de las soluciones que pensé fue justificarme al terminar los aplausos, pero dije: “bueno, es igual”. Lo curioso del asunto es que yo tuve un diálogo conmigo mientras actuaba. Fue un momento muy loco y de mucho estrés. ¡Es que ese trozo haría que la obra durase 10 minutos menos!
Al final, como por arte de magia, se colocó solo. Seguí actuando y al cabo de 20 minutos, de repente pude colocarlo. Quedó tan bien que a partir de ese instante hice siempre así el monólogo. De alguna manera, ese segmento dijo: “¡que me piro, que no quiero estar aquí!” y se buscó otro sitio. La obra mejoró porque iba mejor ahí que al principio.
-Has participado también en diversos cortometrajes. ¿Esa experiencia se asemeja al teatro o son completamente dispares?:
Es que claro, el teatro no tiene nada que ver. Es un plató, de 7 de la mañana a 7 de la tarde, te traes tu función tú solo o con tus colegas durante un par de horas. No tienen nada que ver.
-Ahora se encuentra en TV en Cuatro. Cuando le ofrecieron tomando café realizar “Lo sabe no lo sabe”, ¿pensó realmente que tendría tanto éxito? ¿Cuál es la clave?:
No. Pensé que iba a gustar, que iba a funcionar y que resultaría muy divertido. Cuando me lo plantearon aún no existía el giro del “no lo sabe”. Raúl, el que es ahora mi director, me llamó un día después y me lo dijo: “Oye, que se me ha ocurrido que podríamos incluir esta parte también”. Desde el principio pensé que podría funcionar. Era un formato fácil de explicar, de hacer y de entender. El llevar la TV a la calle, no un reportero, sino el plató, me pareció que podría salir bien. Y sobre todo el hecho de basarse en la generosidad de la gente.
-Muchos conciben al hombre como “un lobo para el propio hombre”. Sin embargo, en “Lo sabe no lo sabe” se comprueba cómo la gente es capaz de ayudar a que otra persona consiga dinero sin recibir nada a cambio. Fuera de la grabación, imagino que el trato que allá por donde van tiene que ser maravilloso. ¿Rompemos por tanto esa afirmación hobbesiana?:
Eso es lo más bonito. Descubres que a la gente no le importa quedar en evidencia no sabiendo algo si así ayudan a otro a ganar dinero. Esa sonrisa con la que dicen: “venga sí, te echo una mano pero a saber lo que me toca”. Al principio de hacer el programa, la gente no sabía por qué se les escogía. Con el paso del tiempo, ahora que el concurso se conoce, tiene más valor que alguien se pare. Igual le han seleccionado porque tiene cara de no saber lo que se formula. Y ese acto de generosidad de no importarle quedar expuesto por mi conciudadano es lo más bonito del programa.
-¿Quiénes están detrás de “Lo sabe no lo sabe”?:
Me gusta hacer una mención siempre al final de cada programa a alguno de los compañeros. Este programa tiene galeras y mazmorras. Nosotros estamos en galeras, todo el día en la calle, y luego están las mazmorras, donde se encuentran los editores pasándose la vida montando todo lo que grabamos. Ahí es cuando me dejan muy bien y ponen solo lo bueno, solo los goles. No ponen cuando meto la pata o patino. La verdad es que el equipo está muy presente y además lo notamos en la calle cuando hay espectadores que se nos acercan y saludan a la gente del equipo porque ya los conocen de verlos por TV.
De hecho, pude ver fotos a través de Facebook y Twitter de los carnavales en la que la gente se disfrazaba de todos nosotros. Sonido, cámaras, presentador, producción… La gente tiene muy asumido y conoce bien al equipo.
-La dinámica del concurso provoca que se den respuestas que pueden ocasionar carcajadas instantáneas. ¿Recuerda alguna especialmente?:
Pinocho, en Málaga durante el verano. La pregunta era: ¿de qué material está hecho Pinocho? Yo me indigné porque pensé que era una pregunta demasiado sencilla, que era casi insultante para la persona a la que se la formulásemos. La señora que la respondió, seguramente por los nervios, dijo: “De nieve… ¡no, no!, de chocolate”. Fue muy gracioso.
Otro chaval, también por los nervios, al lenguaje de los ciegos le llamó “álgebra”. Se producen momentos muy graciosos y todos vienen del mismo sitio: los nervios.
-Pude presenciar en Sevilla cómo se le acercaba la gente para contarle sus problemas y pedirle concursar. ¿Cómo consigue uno darle el toque de humor al programa tras escenas de esta índole?:
Es casi obligado. El humor sirve para eso, es un mecanismo de defensa. Es un analgésico natural. Por ejemplo, cada vez que ocurre una desgracia, al momento surgen bromas sobre ese asunto. Es muy fácil que cuando te suceda algo triste tus amigos recurran a las bromas para hacerte sentir mejor o que, incluso, seas tú mismo el que las hagas. El humor forma parte del proceso de curación. Cuando vienen momentos tristes, una de las mejores formas de afrontarlo es así. Y por eso funciona tan bien el humor en estos tiempos difíciles.
Como decías, haciendo el programa cada día, te encuentras con personas que te cuentan historias personales muy duras tanto a mí como al resto del equipo. Pero claro, no puede ser ese el criterio de selección. ¿En qué nos basamos? ¿Por qué la historia de esta persona sí y la de esta otra que está esperando para contármela o me la ha contado previamente no? Y lo que es peor todavía, ¿y si pierde?, ¿en qué lugar nos deja? Nosotros cogemos a alguien con una historia terrible, imagínate que ha perdido y tienes que decirle adiós… No te puedo negar que es muy tentador, pero claro, estamos hablando de que es un concurso, un juego de TV. Es tentador porque piensas: “joder, es que esta persona de verdad necesita el dinero… pero puede perder”. Casi es mejor fuera de cámaras irnos a tomar algo con él o con ella y contarnos nuestros problemas que coger una historia, contarla por la TV, que la sepa todo el mundo y que pierdas. Yo me sentiría sucio.
Seguro que después habría gente que podría pensar: “es que mi historia es más triste” y entraríamos en una competición muy poco sana.
-Que de hecho ha sucedido. Mucha gente ha perdido teniendo historias terribles:
Se nos queda mal cuerpo a todos. Vosotros en casa podéis observar cómo le decimos adiós, pero no es así. El señor se queda, le quitamos el micro, seguimos hablando un rato, se despide de nosotros y sí, es un momento muy duro.
-Retomando la parte más alegre del concurso. Ha estado en una bodega en La Rioja, recorriendo hoteles con empleados, montado en un coche de caballos bajo la lluvia cordobesa… y así hasta en mil situaciones distintas. ¿Recuerda alguna con especial cariño? ¿Cuál fue la más absurda y de la que jamás podrá olvidarse?:
Pues la verdad es que no. Todo lo absurdo es lo que emitimos (risas). Es que el programa se alimenta de esas cosas. No recuerdo nada en concreto que te pueda destacar de lo que ya me has mencionado. Es que es todo bastante loco. De vez en cuando te encuentras así en situaciones más extremas pero no me viene así ninguna a la cabeza así muy absurda.
-Barriendo un poco para casa, le digo que tuvieron muy mala suerte en las visitas que han realizado a Córdoba debido a la lluvia. Tienen que volver en mayo y disfrutar de la Feria. Es más, en vez de ponerse una corbata roja… ¡podría ser un sombrero cordobés rojo!:
Se lo voy a decir a los jefes que son los que me llevan y los que me traen. La verdad es que siempre nos han coincidido días de lluvia por allí. Y lo del sombrero no estaría mal… (risas).
-¿Os ha superado la situación en algún lugar?:
Intentamos evitar fiestas, ya sean de pueblos o nacionales. Evidentemente, la gente no está en esos momentos para concursar. Están para divertirse y es inviable hacer un programa así, por ejemplo en la Feria.
-¿Con qué trabajo de los que ha realizado hasta el momento en su carrera se siente más satisfecho? ¿Y con el que menos?:
Afortunadamente, me siento más satisfecho del último y menos del primero. He tenido mucha suerte. El primero porque ahora pienso: “ostras, podría haberlo hecho mejor”. En general, siempre me he sentido muy satisfecho de los trabajos que he realizado. Tengo mucha suerte de poder decirlo.
-¿”El Mundo Today” es para usted una vía de escape perfecta para los problemas del día a día?:
“El Mundo Today”… no sabría cómo decirte. Ten en cuenta que yo entré allí como fan del programa. No puedo ser objetivo de ninguna manera, les admiro profundamente. Son dos genios, y no dos genios porque escriban de noche y de día duerman y tomen absenta. Son dos genios porque están escribiendo desde las 8 o las 9 de la mañana sin parar. Les he visto conectados y enviando mails muy pronto (risas). Son genios porque escriben muchas horas y sin parar, porque escriben muchísimo. Los admiro profundamente, son buenas personas y tengo la suerte de poder decir que son amigos.
-Por ejemplo, la abuela que secuestra a su nieto y no lo libera hasta que le diga quién es lo más bonito de la casa:
Bueno, bueno… ¡no se puede ser más genial! Son cosas brillantes, de verdad.
-Para las noticias que conforman este programa de la Cadena SER, las fuentes a las que recurren tienen las facultades algo mermadas, ¿verdad? Por supuesto, se lo digo en tono jocoso (seguidor del programa):
Trabajar mucho. Es que no hacen otra cosa. Si son brillantes es por eso mismo, porque trabajan muchísimo. Somos 4 y cada semana traemos unas ideas, un mínimo de 10 ideas cada semana y así tener unos 40 o 50 titulares. De ahí se criban y se escogen los que más nos gustan para hacer el programa. A duras penas llego a mi decena, también porque me seca mucho “Lo sabe no lo sabe” y no puedo dedicarle mucho tiempo. Pero es que ellos llevan siempre muchísimas ideas y no sabes la cantidad que se quedan fuera y que son buenísimas. No sabes lo que eso me duele, ¡es como tirar comida!
-¿Hay mucho de Juanra Bonet en los formatos en los que ha colaborado?:
Espero que sí… supongo. Si no, no me habrían llamado (risas).
-¿Cómo recuerdas tu época en “Caiga quien caiga”?:
Una meca, la gran meca. Aprendí muchísimo y me encontré con gente que confió en mí una barbaridad y me subió en las mesas y esas cosas.
-Es curioso el cambio: de políticos rodeados de guardaespaldas que no conceden ni el beneficio de la duda a gente mundana que le recibe con una sonrisa. ¿Se puede llegar a coger cariño a un político?:
¡Sí, claro! Además de a los políticos, a la gente de prensa que los lleva. Pasaban los días, te veían venir y te decían: “ostia tío, otra vez no”. Me preguntaban: “¿hoy por dónde vas a salir?” y yo les respondía: “no te lo voy a decir, os toca adivinarlo”. Nos cogíamos cariño, obviamente.
-¿Ha tenido alguna vez problemas desarrollando esta labor para “Caiga quien Caiga”?:
Nunca, nunca, nunca. Ningún problema.
-Dentro del plano periodístico en el que lleva años moviéndose, ¿le ha sorprendido la profesión?:
Bueno, yo es que no soy periodista… pero no, la verdad es que no hay demasiada diferencia con la idea que ya tenía de la profesión. Es una profesión como otra cualquiera. Hay gente que trabaja de manera vocacional, otra que está porque pasaba por ahí, gente que quiere ser periodista para explicar sus ideas u otra que solo quiere contar lo que ve. Un poquito de todo y no me ha sorprendido. Eso sí, muy poco respetada en ocasiones y muy idealizada en otras tantas. Muchas veces no existe el término medio.
-Cuando Juanra Bonet no está encima de un escenario, en un estudio y recorriendo España formulando preguntas llenas de ilusión… ¿qué le gusta hacer?:
Escuchar música.
-¿Y para cuándo se comprará el tocadiscos?:
Me lo tengo que comprar ya, ¿no? (risas). Debo tener una docena de vinilos que no puedo escuchar y se los dejo a mi hermana en su casa. Cuando por fin me instale en un sitio, seguro que lo compro.
-Para finalizar, ¿se ve capacitado para triunfar en el universo del Parkour en caso de que no le quede otra vía para subsistir?:
Es rotundamente imposible (risas). No puedo, no tengo ni la edad ni los ligamentos para ello. En “Lo sabe no lo sabe” ahora es más complicado hacerlo porque nos sigue más gente… ¡y es difícil!
-Le agradezco muchísimo su atención y amabilidad:
Gracias a ti por tu educación.
A continuación podréis escuchar parte de la entrevista en el siguiente audio:
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Fuentes:
-Cuatro
-«El Mundo Today»